Saltar al contenido

Día 65 


    Hubo una vez una liebre muy veloz llamada Harry D. que presumía que el fácilmente podía cambiar su vida en el momento que lo deseara sin tener que cambiar su forma de pensar. La tortuga, llamada Lee el Consistente, cansado de oírlo presumir, lo retó a una carrera. Todos los animales del bosque se reunieron para ver. Harry D. comenzó a presumir en gran detalle todos los cambios dramáticos que pensaba hacer. Los animales le aplaudieron. Harry D. sonrió petulantemente, elevó sus piernas delanteras en el aire – un símbolo de victoria para demostrar lo confiado que se sentía – y luego se sentó a descansar en el conocido árbol del juicio. Miró a Lee el Consistente y le gritó, “¿Cómo esperas ganar esta carrera si piensas a un ritmo muy, muy lento?”

    Harry D. se estiró pensando junto al árbol, “Tengo mucho tiempo para relajarme.” Y entonces pensó en lo poco que le gustaba el sabor del pasto salvaje que crecía junto a su casita, y lo injusto que era que su casero le subiera la renta, y pensó en lo mal que le caía su vecino, Crow (el Cuervo), que era sucio y ruidoso y lo distraía demasiado, y pensó en que debido a lo mucho que estaban subiendo los costos de los seguros, no sabía cómo iba a obtener una buena cobertura para Bunny y sus hijos, y como le tenía que escribir a sus diputados para ver si podían hacer algo para evitar que los zorros se fueran a vivir a su colonia y cómo….Bueno, ya tienes una idea, ¿verdad?

    Después de más o menos una hora, Harry D. miró hacia atrás y vio que el pobre y lento de Lee el Consistente apenas se había movido un poquito, repitiendo esas aburridas afirmaciones de “YO SOY” con las que comenzó. Harry D. bostezó y se acostó a disfrutar de una siesta. Pero entonces comenzó a pensar qué tan lejos estaba de la meta. El sabía que no había nada de que preocuparse. La tortuga aún estaba lejos, muy atrasada como para alcanzarlo pronto. Y además, lo que hacía la tortuga no funcionaba. Todos lo sabían. Pero entre más lo pensaba Harry D., se comenzó a preocupar. ¿Qué pasaría si la tortuga le ganaba? Eso no sería bueno. Nada bueno.

    Unos minutos pensando abajo del árbol del juicio y Harry D. decidió que quizá — quizá – se había fijado expectativas un poco altas. Quizá debería de bajar sus expectativas un poco…ya sabes…a un nivel más realista. Después de todo, esta era una carrera importante. Y esto le quitaría toda la presión porque, como todos los sabían, el que una tortuga le ganara a una liebre, especialmente a una tan rápida como el, sería verdaderamente humillante. Y si hubiera la más mínima oportunidad de que la tortuga le ganara…

    Bueno, Harry D. solo necesitaba asegurarse de que eso no sucediera, eso era todo. Así es que se conformó con un sueño más pequeño y se durmió. Mientras tanto, muy atrás en el camino, cerca de la línea de arranque, Lee el Consistente estaba ocupado imaginando lo que quería. Cualquier pensamiento conflictivo que surgiera, lo desechaba y regresaba a imaginar que ya tenía todo lo que más deseaba. Le gustaba sentir que sus deseos ya eran realidad. Le ponía atención a los sonidos y el olor y el sabor de lo que deseaba, usando su imaginación para incorporarla a todos sus sentidos.

    Expresaba su agradecimiento una y otra vez, como si lo que deseara ya se hubiera convertido en realidad. Actuaba en todo como si ya tuviera lo que más deseaba. Nunca, nunca se detuvo, ni siquiera cuando le quedó claro a el y a los que estaban a su alrededor que él estaba atrayendo lo que quería rápidamente. Los animales que estaban observando todo esto le gritaron a Lee el Consistente tan fuerte, que despertaron a Harry D. de su siesta.

    Harry D. se estiró y bostezó y viendo lo que sucedía, comenzó a imaginarse cosas con enojo. Frunció el seño, apretó los puños y cerró los ojos, para imaginar. Pero era demasiado tarde. La tortuga cruzaba la meta, disfrutando todo eso que tanto deseaba. De ese día en adelante, Harry D. siempre se acordó de, “No dudar en el valor de un paso constante, ya que Lee el Consistente siempre gana la carrera!” 


    ************************************************************
    No reescribió Kate la fábula de la Liebre y la Tortuga como ejemplo de lo que hacemos en el Experimento de 90 Días de la Prosperidad. Lo escribió porque quería recordarnos gentilmente que los cambios que más queremos hacer en la vida no vienen de la emoción de comenzar algo nuevo o de imaginarse cosas aquí y allá; vienen de un lento y continuo viaje a nuestra mente y de la repetición diaria. Como la tortuga en la fábula, la tarea en frente de nosotros no es la de detenernos a descansar para obtener lo que deseamos, sino de seguir adelante, persistiendo en aplicar un pensamiento de todo lo que queremos, agregándole pensamientos y emociones positivas, pensando desde el lugar donde queremos estar en lugar de observarlo desde lejos.

    Como la tortuga, debemos desarrollar una fortaleza mental si queremos tener éxito, consistentemente regresando a las imágenes de lo que deseamos, aun cuando el mundo nos dice que es imposible, aun cuando los que están a nuestro alrededor nos dicen que somos ilusos, aun cuando todo en nosotros está a punto de darse por vencido. Una nueva vida no es algo que se nos da. Es algo que nosotros tomamos, agarrándonos duro, negándonos a soltar a pesar de todo.

    El recrear tu vida como quieres que sea no es algo difícil de hacer, pero es demandante. Demanda que le pongas más atención a lo que quieres que a lo que no quieres. Demanda que sueltes todas esas pequeñas preocupaciones y juicios que te mantienen atado a una realidad que ya no te sirve. Demanda que no te conformes, que no te des por vencido a las presiones del mundo que te hacen creer que lo que quieres no es posible tener, cuando menos no para ti. Demanda que alimentes tus deseos a diario con tu atención y tu amor. Y lo que te puedo decir ahora mismo sin lugar a duda es que eres lo suficientemente fuerte, lo suficientemente persistente, para hacer lo que sea que demanden tus sueños. No habrías llegado hasta este punto si no lo fueras. Así es que como Lee el Consistente, lo único que necesitas hacer es seguir moviéndote hacia tu objetivo.
    Te acercas con cada paso que das.
    ************************************************************
    Por otro lado, regresemos un momento a la Primera Ley Estratosférica del Éxito: Valor. Un ejemplo perfecto de un negocio en internet que pone la Ley del Valor en acción está disponible aquí:
    http://www.laurengroveman.com.

    (nota de Liza: está en inglés – pero por favor entren a verla) Para desarrollar un mejor entendimiento de esta maravillosa ley, pongan atención a este sitio. Entonces has una lista de cuando menos tres formas en las que Lauren Groveman da valor a los visitantes de su sitio, tanto a los que compran como a los que no compran. Después, para desarrollar tu entendimiento aun más, escribe tres formas en las que tú puedes incorporar más valor a tus intercambios con los demás, ya sean de negocio o personales, o aun impersonales, como en el intercambio de información con un completo desconocido.

    Una vez que tú lista esté terminada, te recomiendo que la compartas con los demás del grupo. Por medio de tu interacción, te estarás haciendo un regalo al agregar valor a tu participación en este experimento. Y en todo lo que das, siempre es importante darte a ti mismo.

     Pensamiento del Día:
    “En esencia, si queremos dirigir nuestras vidas, debemos de controlar nuestras acciones consistentes. No es lo que hacemos de vez en cuando lo que le da forma a nuestra vida, sino lo que hacemos consistentemente.” -Tony Robbins

     Afirmación del Día:
    “Las cosas a las que le pongo atención vienen a mi fácilmente y sin esfuerzo. Por lo tanto le pongo atención a los deseos de mi corazón.”

    Acción del Día: 

    1. Lee tu Plan de Negocio para la Prosperidad y las once cosas de tu lista de agradecimientos. 
    2. Toma un momento para pararte firmemente con un brazo alzado hacia el cielo, el puño firme como si te estuvieras agarrando de la mano de Dios. Ahora, ya sea verbal o mentalmente repite “Con Dios por Testigo declaro: hoy SOY poderoso, hoy SOY valiente, hoy SOY fuerte, hoy ESTOY libre de miedos, hoy TRIUNFO en todo lo que hago, hoy PROSPERO y VIVO cada momento de este día abrazando mi verdadera naturaleza, SIENDO la persona que estoy destinada a ser. ESTA ES MI VERDAD.” Nota: Lleva siempre en tu bolsa o cartera la tarjeta que escribiste con estas líneas para que la puedas leer cuando sientas dudas o cuando tengas miedo. Y como antes, cada vez que repitas esta afirmación, repite las palabras con la mayor emoción y sentimiento posible, dedicándole cuando menos un minuto a imaginar cada aspecto de tu vida como lo quieres. 
    3. Coloca tu cuota de dinero del día de hoy en tu contenedor y lee la afirmación que está en el contenedor tres veces. Espera recibir algo en regreso. 
    4. Bendice a todos los que están a tu alrededor, incluyendo a los otros participantes en este experimento. Imagina como aquellos a quienes bendices prosperan y se rodean del bien. Entonces bendícete a ti mismo e imagina lo mismo. Puedes continuar bendiciendo a la persona o personas en tu lista de bendiciones.
    5. Lee todas las bendiciones que recibes. Tus bendiciones están haciendo una diferencia. El leer las respuestas te dará la oportunidad de verlo por ti mismo.
    6. Para el siguiente reto tendrás 4 días 😀 ¡Qué lo disfrutes!

    TU NUEVA VIDA
    TU NUEVA IMAGEN

    «Me veo a mí mismo bajo una nueva luz.»
    Con tu mano no dominante (la que generalmente no utilizas) dibuja una nueva imagen de ti
    mismo, usando lápices de colores. Siéntate en silencio. Cierra los ojos. Respira. Céntrate.
    ¿Quién eres?
    ¿Por qué estás aquí?
    ¿Qué has venido a aprender aquí?
    ¿Qué has venido a enseñar aquí?
    ¿Qué has cambiado?
    HAZ AQUÍ TU DIBUJO

     

     

     

     

     

     

     

     


    ¿QUÉ ME HACE FELIZ?
    «Reconozco que soy la fuente de mi felicidad.»
    Has explorado múltiples territorios de tu vida. Has descubierto pautas y creencias
    negativas. Te has deshecho de viejos cargamentos. Te sientes más libre y más ligero. Estás
    abierto y receptivo al bien, de modo que la pregunta siguiente es: ¿Qué te haría feliz? Éste no es
    momento de que hablemos de lo que no quieres. Es el momento de ser muy claro respecto de lo
    que sí quieres en tu vida. Enumera todo lo que se te ocurra. Abarca todos los aspectos dé tu vida.
    Haz una lista de por lo menos cincuenta cosas.
    1.
    2.
    3.


    1. 5.
      6.
      7.
      8.
      9.
      10.
      11.
      12.
      13.
      14.
      15.
      16.
      17.
      18.
      19.
      20.
      21.
      22.
      23.
      24.
      25.
      26.
      27.
      28.
      29.
      30.
      31.
      32.
      33.
      34.
      35.
      36.
      37.

    2. 39.
      40.
      41.
      42.
      43.
      44.
      45.
      46.
      47.
      48.
      49.
      50. 
      Ahora, crea para cada punto una afirmación positiva. Date cuenta de que cualquiera que, para 
      cambiar, haya trabajado tanto como has trabajado tú, se merece tener un mundo nuevo y 
      maravilloso. 
      1.
      2.
      3.
      4.
      5.
      6.
      7.
      8.
      9.
      10.
      11.
      12.
      13.
      14.
      15.
      16.
      17.
      18.
      19.

    3. 21.
      22.
      23.
      24.
      25.
      26.
      27.
      28.
      29.
      30.
      31.
      32.
      33.
      34.
      35.
      36.
      37.
      38.
      39.
      40.
      41.
      42.
      43.
      44.
      45.
      46.
      47.
      48.
      49.
      50.
      Es fascinante que haya personas, cosas y lugares maravillosos en nuestra vida, pero
      debemos tener bien claro que estas cosas no «nos hacen felices» Solo nosotros podemos
      «hacernos felices». Sólo nosotros podemos pensar aquello que nos dé paz y alegría. Jamás
      confieras tu poder a otra persona ni a ninguna otra fuente exterior. Hazte feliz a ti mismo, y todo
      lo que es bueno (luirá hacia ti en abundancia.

    EL TRABAJO CON EL ESPEJO
    Mírate en el espejo. Respira profundamente. Sonríe. Di: «Me merezco tener una vida
    maravillosa.» Vuelve a respirar. «Me merezco todo lo que está en mi lista.» Respira de nuevo. «Me
    merezco y acepto todo lo bueno que hay en mi vida.» Respira otra vez. «Soy una persona amante,
    digna y valiosa, y me amo.» Respira profundamente. «Todo está bien en mi mundo.»
    TU NUEVA HISTORIA
    «Me veo bajo una luz nueva.»
    Ahora que tienes una lista de todo lo que te gustaría tener en tu vida -personas, lugares y cosas
    que podrían contribuir a tu felicidad, vamos a incluir todo eso en un relato. Escribe tanto (o tan
    poco) como desees.
    Yo, ________________, tengo ahora una vida maravillosa…
    VISUALIZACIÓN
    Ahora que has escrito tu nueva historia, contémplate viviéndola. ¿Cómo te sientes en tu nueva
    vida? ¿Qué aspecto tienes al hacerte mayor? Contempla tus armoniosas relaciones. Respira tus
    recién halladas felicidad y libertad. RELAJACIÓN Y MEDITACIÓN
    La relajación es esencial para el proceso de sanar. Es difícil dejar que dentro de nosotros fluyan
    las energías sanadoras si estamos tensos y asustados. El doctor Bernie Siegel ha dicho: «Los
    beneficios físicos de la meditación están bien documentados. Tiende a normalizar la presión
    sanguínea, la frecuencia del pulso y el nivel de hormonas de estrés en la sangre. Sus beneficios se
    multiplican también cuando se los combina con un ejercicio regular. En pocas palabras, reduce el
    desgaste tanto en el cuerpo como en la mente, y ayuda a la gente a vivir mejor y durante más
    tiempo.»
    No hacen falta más que unos pocos momentos, varias veces al día, para aflojar la tensión y
    permitir que el cuerpo se relaje. En cualquier momento puedes cerrar los ojos, hacer dos o tres
    respiraciones profundas y aflojar cualquier tensión con la que puedas andar cargando. Si dispones
    de más tiempo, siéntate o tiéndete en silencio y habla con tu cuerpo para inducirlo a una relajación
    completa. Di silenciosamente para tus adentros: «Los dedos de los pies se relajan, los pies se me
    aflojan, los tobillos se sueltan…», y sigue recorriendo así todo tu cuerpo, hacia arriba. También
    puedes empezar desde la cabeza e ir descendiendo.
    Al terminar este sencillo ejercicio te sentirás tranquilo y en calma durante un rato. Si lo repites
    a menudo irás creando en tu interior un estado de paz que se mantendrá durante la mayor parte del
    tiempo. Se trata de una meditación física que se puede practicar en cualquier parte.
    Los occidentales, como sociedad, hemos hecho de la meditación algo misterioso y difícil de
    lograr. Sin embargo, se trata de uno de los procesos más antiguos y más fáciles que podamos
    practicar. Evidentemente, podemos complicarlo con formas de respiración especializadas, y
    ritualizarlo con manirás. Estas meditaciones están muy bien para los estudiantes adelantados. Sin
    embargo, todos podemos meditar ahora; es algo muy fácil.
    Lo único que tenemos que hacer es sentarnos o tendernos tranquilamente, cerrar los ojos y
    respirar profundamente unas cuantas veces. El cuerpo se relajará automáticamente; no tenemos que
    hacer nada para obligarlo. Podemos repetir palabras como «sanar», «paz», «amor» o cualquiera que
    tenga un sentido para nosotros. Hasta podríamos decir: «Me amo.» También podemos preguntarnos
    en silencio: « ¿Qué es lo que necesito saber?», o repetirnos: «Deseo aprender»… y quedarnos ahí 
    tranquilamente.
    Las respuestas pueden acudir inmediatamente o tardar un par de días en aparecer. Olvídate de
    toda urgencia, y deja que las cosas sucedan. Recuerda que la naturaleza de la mente es pensar;
    jamás nos liberaremos completamente de algunos destellos de pensamiento. Déjalos que pasen. Tal
    vez adviertas que en un momento dado tus pensamientos son de enojo, de miedo o de desastre. No
    les des importancia; déjalos pasar como pasan las nubes por un cielo de verano.
    Hay quien dice que sentarse derecho, con la columna recta, sin cruzar brazos ni piernas, mejora
    la calidad de la meditación. Es posible; hazlo si puedes, pero lo importante es que medites con
    regularidad. La práctica de la meditación produce efectos acumulativos: cuanto mayor es la
    regularidad con que se la practique, mejor responden cuerpo y mente a los beneficios de la
    relajación, y las respuestas se obtienen con mayor rapidez.
    Otro método fácil de meditación es contar simplemente las respiraciones mientras se está
    tranquilamente sentado con los ojos cerrados. Cuenta uno al inhalar, dos al exhalar, tres al inhalar y
    así sucesivamente hasta llegar a diez. Después vuelve a empezar por uno. Si te distraes y te das
    cuenta de que has llegado a contar hasta dieciocho o treinta, vuelve a empezar desde uno. Si te
    sorprendes pensando en tu médico, en el trabajo o en la lista de la compra, también: empieza de
    nuevo a contar desde uno.
    No es posible meditar incorrectamente. Cualquier punto de partida es perfecto para ti. Puedes
    encontrar libros que te enseñarán diversos métodos, o puedes acudir a un curso de meditación, que
    te proporcionará la experiencia de meditar con otras personas. Empieza por cualquier parte, pero
    deja que meditar se convierta en un hábito en tu vida.
    Si esto de meditar es nuevo para ti, te sugiero que empieces con no más de cinco minutos por
    vez. La gente que se pone enseguida a hacer veinte o treinta minutos de meditación puede llegar a
    aburrirse y dejarlo por completo. Cinco minutos una o dos veces por día es un buen comienzo. Si
    puedes hacerlo todos los días a la misma hora, el cuerpo empezará a pedírtelo. La meditación te
    ofrece breves períodos de descanso que son beneficiosos y curativos para las emociones y para el
    cuerpo.
    Ya ves que todos llevamos dentro una tremenda sabiduría. Dentro de nosotros están todas las
    respuestas a todas las preguntas que jamás podamos hacernos. No tienes idea de lo sabio que eres.
    Puedes cuidarte solo. Tienes todas las respuestas que necesitas. Conéctate. Te sentirás más seguro y
    más poderoso.
    No olvides que cuentas siempre con mi apoyo y mi amor.

     

    TRATAMIENTO FINAL


    El pasado pasó y está acabado. Ha vuelto a la nada de donde vino. Soy libre. Tengo un
    sentimiento nuevo de orgullo y de valor. Tengo confianza en mi capacidad de amar y de ser
    independiente. He aprendido que soy capaz de crecer y de cambiar positivamente. Soy fuerte.
    Estoy en unión con la totalidad de la vida, en unidad con el poder y la inteligencia del Universo.
    La sabiduría divina me conduce y me guía en cada paso que doy. Totalmente a salvo, avanzo
    hacia mi mayor bien, y lo hago con júbilo y con soltura. Soy una persona nueva y viva en el
    mundo que yo he elegido. Agradezco profundamente todo lo que tengo y todo lo que soy. Las
    bendiciones y la prosperidad me llegan de todas partes. Todo está bien en mi mundo.