HISTORIA DE AMOR. Primera Parte
Hay una vieja historia de un grupo de monjes que vivían con su maestro en un monasterio Tibetano. Sus vidas eran disciplinadas, y la atmósfera en la que vivían era armoniosa y pacífica. La gente de las aldeas a lo ancho y a lo largo llegaba al monasterio para deleitarse con el calor del ambiente amoroso y espiritual. Entonces, un día, el maestro se separó de su forma terrenal. Al principio los monjes continuaron como lo habían hecho en el pasado, pero después de un rato, la disciplina y la devoción que habían sido el sello distintivo de su rutina diaria decayeron. El número de aldeanos que cruzaban las puertas cada día se redujo, y poco a poco, el monasterio cayó en un estado de desesperación.
Muy pronto los monjes comenzaron a pelear entre ellos, algunos apuntando dedos para culpar, otros llenos de culpa. La energía dentro de las paredes del monasterio crujía por el rencor. Finalmente, el monje superior no pudo soportar esto ya más. Habiendo escuchado que un maestro espiritual vivía como ermitaño a dos días de camino, el monje no perdió el tiempo y fue a buscarlo. Encontrando al maestro en su bosque, el monje le contó de la triste situación que se vivía en el monasterio y le pidió su consejo. El maestro sonrió. ―Hay uno viviendo entre ustedes que es la encarnación de Dios. Ya que no está recibiendo el respeto adecuado de los que están a su alrededor, no se muestra por quien es, y así, el monasterio continuará viviendo en caos.‖ Habiendo dicho esto, el maestro guardó silencio y no dijo nada más.
Camino al monasterio, el monje se preguntaba quien sería El encarnado de todos sus hermanos. “Quizá sea el hermano Jaspar, que es el cocinero,” dijo el monje en voz alta. Pero luego pensó un segundo después, “No, no puede ser el. Es sucio y malhumorado y la comida que prepara no tiene sabor.” “Quizá nuestro jardinero, el Hermano Timor, sea el elegido,” pensó. Esta consideración pronto fue desechada. “Claro que no” dijo en voz alta. “Dios no es flojo y nunca dejaría que las hierbas cubrieran los sembradíos de lechuga como el Hermano Timor lo ha hecho.”
Finalmente, después de haber rechazado a cada uno de sus hermanos por sus fallas, el monje superior se dio cuenta de que no quedaban más monjes. Sabiendo que tenía que ser uno de ellos porque el maestro se lo había dicho, se preocupó, pero luego surgió un nuevo pensamiento. “¿Podría ser que el Sagrado podría haber actuado como que tenía fallas para disfrazarse?” “¡Claro! ¡Eso debe de ser!” Al llegar al monasterio, inmediatamente le dijo a sus hermanos lo que el maestro le había dicho y todos se quedaron sorprendidos al saber que el
Divino vivía entre ellos. Ya que cada uno sabía que no era Dios encarnado, cada uno comenzó a estudiar a sus hermanos cuidadosamente, todos tratando de determinar quién de entre ellos era el Sagrado. Pero lo único que todos podían ver eran las fallas de los demás. Si Dios estaba entre ellos, estaba ocultándose bien. Sería difícil encontrar al encarnado entre ellos. Después de muchas discusiones, finalmente se decidió que todos harían un gran esfuerzo por ser amables y amorosos entre ellos, pues tratándose con respeto y honor alguien descubriría quien era el Encarnado. Si Dios insistía en permanecer escondido, no podían hacer otra cosa más que tratar a cada monje como si fuera el Sagrado.
Al concentrarse tanto en ver a Dios en los demás, pronto sus corazones se llenaron de tanto amor para los demás que las cadenas de negatividad que los tenían atrapados desaparecieron. A medida que pasó el tiempo, comenzaron a ver a Dios no solo en los otros, pero en todos y en todo. Se pasaban días enteros en alegre reverencia, disfrutando de la presencia Sagrada. El monasterio irradiaba alegría y pronto regresaron los aldeanos, buscando ser tocados por el amor y la devoción que estaban presentes de nuevo. Algún tiempo después el monje superior decidió ir a visitar nuevamente al maestro para agradecerle lo que le había revelado. “¿Descubriste la identidad del encarnado?” le preguntó el maestro. “Sí,” respondió el monje superior. “Lo encontramos viviendo en cada uno de nosotros.” El maestro sonrió.
Pensamiento del Día:
“El amor no tiene nada que ver con lo que estás esperando obtener, sólo con lo que estás esperando dar…” -Katherine Hepburn
Afirmación del Día:
“Veo la luz de Dios en todos.”
Acción del Día:
- Lee nuevamente tu Plan de Negocio para la Prosperidad y las once cosas de tu lista de Agradecimientos.
- Coloca tu cuota de dinero del día de hoy en tu contenedor y lee la afirmación que está en el contenedor tres veces. Espera recibir algo en regreso.
- Bendice a todos los que están a tu alrededor, incluyendo a los otros participantes en este experimento. Imagina como aquellos a quienes bendices prosperan y se rodean del bien. Entonces bendícete a ti mismo e imagina lo mismo. Puedes continuar bendiciendo a la persona o personas en tu lista de bendiciones.
- Tendrás cinco días para hacer este ejercicio. Elige el día que tengas más tiempo para que puedas terminarlo. Te recomiendo que lo leas primero para que decidas como administrar tu tiempo para este ejercicio. Y que si lo dejas inconcluso cierres con el último paso cada sesión.
Vida limitada
Ejercicio de carácter imaginativo
Busca un sitio cómodo y tranquilo. en donde nadie te interrumpa ni te moleste.
A lo largo del presente ejercicio encontrarás una serie de preguntas. Respóndelas .. Empieza con la primera pregunta y no continúes con la siguiente hasta estar satisfecho de tu respuesta escrita Para responder las preguntas del ejercicio puedes tardar minutos, horas o días. Por favor, toma tu tiempo, no te apresures, de esto dependerá en gran medida el provecho que puedas obtener de él. Recuerda. puede incluso tomarte varios días el contestar. Te aseguro que no te arrepentirás del tiempo invertido en hacerlo.
Ahora cierra los ojos durante tres minutos más o menos, tratando de poner tu mente en blanco sin pensar en nada específico. Puedes simplemente concentrarte en tu respiración.
Cuando lo hayas hecho continúa con la lectura. A continuación evoca y visualiza el momento en que te enteras de que te queda sólo un mes de vida. Imagínalo y recuerda que podría ser
posible en la realidad. Convéncete a ti mismo de que sólo te queda un mes de vida. Cierra los ojos y recrea esa situación.
Reproduce mentalmente una escena en la que tu médico te entrega unos análisis que muestran con toda claridad que no podrás vivir más de un mes, ya que padeces una enfermedad mortal e
irreversible. Cierra los ojos e imagínalo, permitiendo que se manifiesten nuevos sentimientos en ti causados por esa situación. Forja esas imágenes y repasa todo el hecho. Imagina la expresión de la cara del médico cuando, apenado y triste, te comunica los resultados de los análisis: “Lamento mucho darle esta terrible noticia, pero considero que tiene usted el derecho de saberlo. Desgraciadamente los análisis muestran que le queda a usted un periodo corto de vida. tal vez un mes; es lamentable que en esta área la medicina se encuentre aún poco avanzada y…” Visualiza y repasa una y otra vez esta situación hasta que logres vivirla y verla con imágenes claras y te sientas inmerso en ella. No sigas leyendo si no has logrado esto; no importa el tiempo que te lleve, tienes que estar totalmente convencido de que tan sólo podrás vivir un mes más como máximo. Es de suma importancia que logres asimilar y asumir esta situación. Ahora cierra los ojos e imagínala una vez más.
Si ya estás convencido de experimentar lo que se te pide. continúa. Si no. esfuérzate todavía
más para lograrlo. Cuando lo hayas hecho contesta una por una las siguientes preguntas:
· . ¿Qué sensación tienes? LRA (Lee, Relee y Analiza)… .
· ¿Qué piensas? LRA…
· . ¿Cómo lo tomas? LRA…
· . ¿Cuál es tu reacción? LRA…
Anota todo, toma tu tiempo.
A continuación reflexiona sobre todo lo anterior. ¿Hay algo que te preocupe? Escríbelo. Haz un esfuerzo adicional para convencerte de la veracidad de la situación. Piensa que aunque
tu instinto de conservación te diga lo contrario ya estás prácticamente muerto, pues sólo te quedan como máximo treinta días de vida. Cierra los ojos y convéncete de ello; después de todo
podría ser posible. ¿no es así?.
A partir de este momento tú y yo sabemos que ya sólo te restan treinta días de vida y así lo asumiremos. Piensa que es probable que empieces a perder peso, salud, bienestar y lo peor de
todo, lucidez; aunque quizá. si corres con suerte, esto ocurrirá casi al final.¿Qué sientes al respecto? ¿Qué piensas? Cierra los ojos y analízalo. Escríbelo después. Toma tu tiempo. trata de que tus respuestas sean muy explícitas y detalladas.
Puesto que sólo cuentas con un mes de vida, piensa con todo detenimiento. ya que aún tienes inteligencia y claridad mental:
· . ¿Qué te gustaría hacer cada uno de los días de este mes?
· . ¿Qué harás con cada día, cada hora y cada minuto
· del mes que te queda de vida? LRA…
Cierra de nuevo los ojos y planea con sumo cuidado lo que harás en este mes. Toma tu tiempo, analízalo profundamente y anota con todo detalle las sensaciones y las respuestas que surjan de
cada cuestión. Estas preguntas son muy importantes en relación con el resto del ejercicio. Te pido ahora que cierres los ojos otra vez y te preguntes si te gustaría hacer algo más. algo
que tuviste muchas ganas de realizar pero no encontraste el tiempo para ello. LRA…
. ¿Seguirás planeando tus días exactamente como lo hiciste hasta ahora? LRA…
. ¿Continuarás con tu rutina diaria sin cambiarla en lo absoluto? LRA…
Pocas veces tenemos la oportunidad de detenemos a pensar y de interrogamos a fondo sobre estas cuestiones. Es por ello que te pido la máxima reflexión y profundidad en la lectura de estas
primeras páginas. Es importante que no continúes con la siguiente serie de preguntas hasta que no tengas una respuesta clara para cada una de las cuestiones anteriores. Trata de que tu
respuesta sea lo más extensa posible, cuanto más escribas mejor comprenderás. Recuerda que no sólo debes anotar lo que piensas, sino también lo que sientes, es decir, las diversas emociones
que te produzcan las preguntas, sea temor, alegría o tristeza; odio, amor, rencor; angustia, etcétera.
Ahora pregúntate:
· . ¿Qué harás en relación con tu familia?
· . ¿Y en relación con cada uno de sus miembros? . ¿Los verás con más frecuencia?
· . ¿Desearás estar más tiempo con ellos?
· . ¿Te propondrás comunicarles algo que hasta ahora no les has dicho y que consideras
importante decir antes de tu muerte? (Lee y relee, reflexiona y anota.)
· . ¿Seguirás trabajando todo el día hasta el agotamiento con el objeto de ganar más dinero?
· . ¿Qué harás con tu trabajo?
· . ¿Lo dejarás en manos de otras personas?
· . ¿Simplemente no te preocuparás más por eso? ¿Qué pasará con tus proyectos
inconclusos? LRA…
(Si ya has dado respuesta a cada una de las preguntas anteriores, continúa.)” ·
. ¿Y qué harás con tus pertenencias?
· . ¿Qué harás con cada una de tus cosas, tu ropa, tus
· muebles. tu casa?
· . ¿Qué harás con todo lo que tienes? LRA…
· . ¿Lo regalarás?
· . ¿A quién se lo darás?
· . ¿Hay alguien que lo merezca?
· . Al regalar tus pertenencias. ¿ocasionarás problemas? ¿crearás envidias? LRA…
· . ¿Te llevarás contigo todo lo que has logrado reunir? . ¿Exactamente qué conservarás de
todo lo que tienes? LRA…
(No continúes si no tienes una respuesta precisa. Es de suma importancia que respondas esta
pregunta aunque te tome tiempo reflexionar y enumerar.)
. ¿Y si no te puedes llevar nada contigo? ¿Habrá valido la pena tanto esfuerzo. dedicación y
sacrificio para poseerlo? LRA…
· . ¿Qué harás contigo mismo?
· . ¿Qué harás con tu conciencia?
· . ¿Estás tranquilo con la forma en que has vivido?
· . ¿Te gustaría cambiar algo de lo que has vivido o has hecho? LRA…
· . ¿Anularías. si pudieras, algunos pasajes de tu vida anterior? . ¿Te arrepentirías de algo? .
¿De qué concretamente? LRA…
(Trata de hacer una lista que incluya desde asuntos que puedan parecer triviales hasta
cuestiones muy importantes.)
· . ¿Ya tu cuerpo qué le dirías? ¿Le reclamarías por tu falta de salud? LRA…
· . ¿Cómo lo trataste?
· . ¿Mereces que te haga esto?
· . ¿Lo alimentaste con productos seleccionados para su nutrición o lo descuidaste dándole
cualquier cosa?
· . ¿Le hacías revisiones periódicas. cuando menos una vez al año?
· . ¿Le permitías descansar lo que él necesitaba? . ¿Lo ejercitabas todos los días para
mantener a tono sus músculos? . ¿Lo mimabas y lo consentías de vez en cuando? . ¿Le
puedes reclamar tú a él o él a ti? LRA…
· . y tu sensibilidad. ¿la desarrollaste al máximo?
· . ¿Te permitiste sentir y vibrar con las cosas bellas? . ¿O estabas ocupado con otros
asuntos?” · . ¿Con qué frecuencia nutrías tu sensibilidad con buenas lecturas. conciertos.
exposiciones de pintura o escultura. danza. etcétera? LRA…
· . ¿Cultivaste tu espíritu?
· . ¿Lo alimentaste?
· . ¿Le diste el tiempo suficiente. los diarios momentos de quietud para que te transmitiera
su riqueza interior? LRA…
· . ¿Y qué fue de los talentos que Dios te dio?
· . ¿Qué sucedió con tu bondad?
· . ¿Y con tu creatividad?
· . ¿Con tu alegría?
· . ¿Con tu capacidad de liderazgo y con tantas virtudes más?
· . ¿Los desarrollaste al máximo o se quedaron sin aprovechar en su totalidad? LRA…
· . ¿Y qué hiciste de tus deseos de ayudar a los demás? ¿Lo suficiente? LRA…
· . Ahora que vas a morir. ¿te gustaría reflexionar más profundamente. tener momentos de
soledad para meditar sobre ti mismo? En concreto, ¿qué cambiarías en estos treinta días
que te quedan de vida? ¿Qué te gustaría hacer en forma diferente de lo que haces hoy?
LRA…
(Tu respuesta a esta pregunta es de suma importancia, para el análisis posterior. Por favor.
enumera una por una las distintas cosas que harías.)
· . ¿Qué otros cambios realizarías en tu vida?
(No continúes con el siguiente capítulo hasta que hayas terminado de responder todas las preguntas anteriores. Si a lo largo de tus reflexiones surgieran otras interrogantes u observaciones, escríbelas.)
Una vez anotadas las respuestas y las nuevas preguntas o pensamientos que se hayan presentado. te pido que canceles la idea de que morirás antes de un mes y que te veas a ti mismo en perfecto estado de salud, viviendo muchos, muchos años más hasta alcanzar la vejez en que morirás de muerte natural, sin accidente ni enfermedad. que es como todos deberíamos morir.
(Cierra los ojos e imagínalo. No sigas adelante hasta haber logrado esta ilusión.)
Ahora siente cada uno de los sistemas de tu cuerpo en perfecto estado de salud: circulatorio, respiratorio, digestivo, nervioso, etcétera. (Cierra los ojos y recrea el perfecto funcionamiento de tu cuerpo. sistema por sistema.) Si ya lo conseguiste, imagina ahora los principales órganos de cada sistema en óptimo estado. Por ejemplo, del sistema digestivo: el estómago, los intestinos delgado y grueso y todos los demás órganos que lo forman. Vete a ti mismo gozando siempre de salud, alegría y bienestar, en todos sentidos.
Agradezco tu esfuerzo y colaboración.