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Día 26 

    Uno de los primeros obstáculos que tenemos que sobreponer en el camino a la prosperidad es la idea de que tenemos que hacer algo para que suceda. A la mayoría de nosotros nos dijeron que tenemos que luchar por lo que queremos. El sentarnos a pensar pensamientos prósperos parece demasiado sencillo. Debe de haber algo más que tenemos que hacer. ¡Seguro que esto no es todo!

    En realidad, lo que no entendemos es que al enfocar nuestra atención en los pensamientos de prosperidad, ya estamos haciendo algo. Es más, estamos haciendo el trabajo más importante que hay; estamos creando con nuestras mentes. Y cuando estamos tranquilos, completamente enfocados en lo que queremos, si se requiere que hagamos algo más, recibiremos la inspiración para hacerlo. Así, no forzamos nada, nada se crea del miedo y nada se hace en vano. Y cada pensamiento enfocado nos lleva más cerca a la prosperidad que buscamos.

    A Kate siempre le ha gustado crear nuevos negocios. Un día hace algunos años, decidió que quería renunciar a su trabajo de reportera en un periódico para comenzar a publicar una revista mensual que promoviera la belleza del área donde ella vivía. Comentó esto con su esposo quien estuvo de acuerdo que era una gran idea mientras “no tuviera que gastar dinero y no dejara ella su trabajo hasta que la revista estuviera generando suficiente dinero para ganar lo que ganaba en el periódico.”

    Con un presupuesto de cero, no había mucho que Kate podría hacer excepto pensar sobre la primera edición de su revista. Se imaginaba cómo pasaban las revistas por la prensa y cómo se las entregaban. Y eso era suficiente.

    Con tan solo imaginarse el logro se llenaba de emoción. Se dio cuenta de que con el mero hecho de imaginarse cómo se vería la revista, cómo se sentiría tenerla en sus manos, esto se convertía en algo más real. Entonces avanzó un paso más a crear un ejemplar de 12 páginas, con cubiertas delantera y trasera, con comerciales de empresas que ella pensaba podría interesarles anunciarse ahí, y hasta con un artículo completo para la primera edición. Imprimió las páginas en papel normal y empastó su revista y lo guardó en un archivero que etiquetó como “Archivero del Destino.” Cada mañana y noche le dedicaba unos minutos a ver las páginas de su futura revista, dejándose experimentar la emoción de ver su primera revista salir de la prensa y ver como el impresor le entregaba su primera
    copia.

    Aunque había acordado no gastar dinero, ella sabía que tendría que encontrar la forma de obtener el dinero para publicar la revista, así es que comenzó a hacer una lista de todo lo que necesitaría para imprimir la primera edición. Comenzó a hacer llamadas a impresores locales para Cuando terminó, tenía una lista con más de 12 “requisitos” para publicar. La mayoría de ellos eran muy caros, incluyendo el software para el diseño de la revista, una nueva computadora con manejo de imágenes, y una impresora láser de alta resolución, pero no dejó que esto la desanimara y mentalmente regresó a la imagen de ver su primera edición terminada.

    Después de recibir las cotizaciones de muchos impresores, sabía que la impresión y las demás cosas le costarían alrededor de $10,000 dólares. Habiendo aceptado no gastar dinero, lo dejó a cargo del DGU (Director General del Universo) y lo soltó. Soltarlo le fue sencillo y estaba feliz. Y entonces comenzaron a ocurrir los milagros. Un amigo llegó a su oficina al día siguiente y le regaló un paquete que contenía el software que ella necesitaba. Lo había comprado por error y como lo abrió antes de darse cuenta del error, ya no lo podía regresar. El no lo iba a usar y pensó que quizá a ella le gustaría ―”jugar” con el.” Cuando Kate preguntó que cuanto le iba a costar, el respondió… “Nada, solo que no quiero que se desperdicie. Y la siguiente vez me fijaré bien en lo que compro, antes de hacer un pedido.” Unos días más tarde, otra amiga llegó con una computadora nueva. Fue su manera de agradecerle a Kate su ayuda hacía unos años. Y otro día otra amiga le llamó para decirle que al limpiar su closet se había encontrado un fax y una impresora láser de alta resolución y que si le podrían servir. ¡Claro!

    De las maneras más mágicas y sin esfuerzo, después de una semana de haberle pasado el sueño a su DGU, Kate había recibido todo lo anotado en su lista de ―requisitos‖. Lo que es impresionante es que hasta ese momento, no le había comentado su sueño a nadie excepto a su esposo. Ninguno de sus benefactores sabía lo que estaba planeando ni sabía sobre la lista de “requisitos” para publicar. 


    Teniendo todo lo necesario, se convenció de que el publicar su nueva revista era su nueva realidad, así es que comenzó a comentar su sueño con sus amistades y compañeros de trabajo. De repente le pidieron que hiciera una presentación para un grupo en la Cámara de Comercio de su localidad y unas cuantas horas después de esa presentación, dueños de empresas locales le estaban llamando para preguntarle el costo de la publicidad en su revista y cuándo saldría la primera edición de ella. Después de 3 semanas, había vendido la suficiente publicidad para pagar los costos de la impresión y más. Ya que la revista estaba generando dinero, su esposo y ella decidieron que el renunciar a su posición actual en el periódico era un paso lógico a seguir.

    A menos de dos meses de haber compartido su sueño con su esposo, Kate se detuvo frente a una gran empresa de impresión viendo cómo se imprimían las hojas de su revista. Y entonces, en ese momento que se había imaginado tantas veces antes, con lágrimas de alegría, puso sus manos en la primera copia de la edición. Su sueño era realidad. Los sueños se vuelven realidad para todos nosotros. Pero debemos dejar que lo “hagan”. Ella creó un ejemplar de la revista para hacerlo tan real como fuera posible en su mente. ¿Qué puedes tú hacer para hacer que tus sueños te parezcan más reales? Debes comenzar por recolectar imágenes que representen tu sueño. Quizá estés soñando en tener una nueva casa. Junta fotografías, recorta imágenes de las revistas, pon dinero de juguete junto con tu Plan de Negocio para la Prosperidad para que lo veas a diario.

    Si puedes, consigue un archivo y crea tu propio “Archivo del Destino” donde puedes guardar tu Plan de Negocios, tus fotos y otros estimulantes de tus sueños. Guárdalo en un lugar privado, y míralo a diario. Quizá quieras imprimir estas lecciones diarias para guardarlas ahí también. Así, siempre tendrás frases y mensajes para reforzarte cuando necesites inspiración. Lo importante que debes de recordar es que este es tu destino que estás creando; diviértete.

    Pensamiento del Día: 
    “No te esperes a que todo esté perfecto. Nunca estará todo así. Siempre habrá retos, obstáculos y condiciones imperfectas. ¡Y qué! Arranca ahora. Con cada paso que tomes, serás más fuerte cada vez, tendrás más experiencia, tendrás más confianza y tendrás más éxito.” –Mark Victor Hansen

    Afirmación del Día:
    “Me acerco más a la prosperidad cada vez que la abrazo en mi mente.” 

    Existe una historia acerca de Naropa, un yogui Hindú del siglo XI a quién se le acercó una vieja bruja. Sabiendo que él era uno de los más grandes maestros Budistas de la India, ella le preguntó abiertamente si el entendía todas las palabras del gran libro que estaba leyendo. Él le respondió afirmativamente y la mujer bailó y se rió con regocijo.

    Entonces ella le preguntó si entendía todas las instrucciones en el libro, y nuevamente Naropa contestó de manera afirmativa.

    En esta ocasión, sin embargo, la cara de la mujer se obscureció al fruncir el ceño, y de inmediato se encolerizó, apuntándole con un dedo y acusándolo de ser un mentiroso y un hipócrita. Se dice que Naropa cambió para siempre debido a este encuentro, porque internamente sabía que había sido “pillado”.

    Sí sabía las palabras, eso era verdad, y por este conocimiento era que podía enseñar, lo cual hacía extraordinariamente. Pero no había experimentado por completo todas las enseñanzas en su corazón, y por lo tanto, no podía entender por completo aquello que enseñaba.

    A medida que nos acercamos al final de este Reto de 90 días, puede haber muchos de nosotros, que como Naropa, nos podremos engañar de que entendemos el concepto de bendecir nuestro mundo por completo. “Ah, sí” diremos, “este hábito de bendecir a todos y a todo es maravilloso.

    Ha cambiado mi vida por completo”. Y entonces llegará el momento cuando nada de lo que hayamos aprendido parezca relevante.

    Tendremos una discusión con nuestra pareja, o se tapará el baño justo cuando lleguen visitas a la casa. El carro se descompondrá en el medio de una avenida transitada mientras los otros nos gritan obscenidades al pasar a nuestro lado, o un compañero del trabajo o nuestra suegra nos dirá algo hiriente justo en el momento cuando nos estemos sintiendo más vulnerables. ¿Cómo podremos sobreponernos a todas las frustraciones e incomodidades que sintamos y de todas formas bendecir? ¿Cómo podremos suspender el juicio si lo que juzgamos está tan cerca y es tan personal? ¿Cómo podremos bendecir nuestro mundo cuando de repente pareciera como si nuestro mundo estuviera decidido a insultarnos?

    Frecuentemente nos sentiremos presionados y oprimidos por la vida — “atrapados entre una piedra y un lugar duro” solía decir mi abuela – y siempre estará presente la tentación para abandonar las bendiciones y regresar a nuestros anteriores hábitos de enojo y reacción. Es posible que todo dentro de nosotros nos comience a gritar que debiéramos pelear y defendernos, y a veces ese grito será tan fuerte que no podremos reconocer lo que está pasando. Dejaremos de reconocer que lo que en realidad está sucediendo es que se nos está presentando otra lección de vida. Quizá pensemos que aceptamos el reto sólo por un mes, pero pronto aprendemos que el Reto de las Bendiciones continuará mucho después de que hayan pasado estos 90 días.

    Durante los primeros 90 días tenemos opciones. Podemos tomarlas o dejarlas. Como un niño que está plantando semillas imaginarias en un jardín imaginario, podemos regar bendiciones aquí y allá sin ninguna razón, solo por el placer de hacerlo. Pero una vez que pasemos los 90 días, quizá nos encontremos acorralados en una esquina debido a las circunstancias, donde nos daremos cuenta de que no tenemos otra alternativa que la de comprometernos de una u otra manera. ¿Seremos Despachadores de Bendiciones? ¿O no?

    ¿Nos seguiremos sintiendo patéticas víctimas atrapadas en las trampas de la vida, o creceremos permitiendo que nuestras mentes y nuestros corazones y nuestras almas crezcan y se expandan?

    La decisión es nuestra. En lugar de ver cualquier problema que se presente en nuestras vidas como la confirmación de nuestra propia debilidad, podemos aceptarla como el lugar donde todo lo que hemos aprendido y estudiado se pone a prueba. Podemos verlo como un ejercicio para nuestra graduación, en realidad nada mayor a una pequeña colina que debemos escalar antes de seguir adelante.

    Piensa en lo que podría ocurrir si al presentarse un obstáculo, en lugar de contraatacar o de reclamarnos a nosotros mismos, sencillamente eligiéramos celebrarlo como un recordatorio de que estamos creciendo y cambiando y evolucionando tal como queremos. Imagina cómo nos sentiremos en ese glorioso momento cuando, en lugar de reaccionar como lo habríamos hecho antes, sencillamente aceptamos lo que está sucediendo como una oportunidad para bendecir. Imagina lo mucho mejor que estarán muestras vidas si tomamos lo que hemos aprendido en los últimos 26 días y los días que faltan y permitimos que esto nos cambie para convertirnos realmente en los Despachadores de Bendiciones que tanto hemos deseado ser. Imagina lo bien que se va a sentir eso.

    Acción del Día: 

    1. Lee nuevamente tu Plan de Negocio para la Prosperidad y las diez cosas de tu lista de Agradecimientos. 
    2. Coloca tu cuota de dinero del día de hoy en tu contenedor y lee la afirmación que está en el contenedor tres veces. Espera recibir algo en regreso. 
    3. Bendice a todos los que están a tu alrededor, incluyendo a los otros participantes en este experimento. Imagina como aquellos a quienes bendices prosperan y se rodean del bien. Entonces bendícete a ti mismo e imagina lo mismo. Puedes continuar bendiciendo a la persona o personas en tu lista de bendiciones. 
    4. Dedica algo de tiempo el día de hoy recordando algún evento en tu pasado o creando uno imaginario en tu mente en el cual te sientas que hayas reaccionado mal. No dediques mucho tiempo evaluando tu reacción, simplemente centra el incidente en tu mente. Ahora imagina que en lugar de reaccionar así, reaccionas con una bendición. Imagina que la misma circunstancia te confronta y que sonríes en medio del caos, bendiciéndola y soltándola mentalmente. Imagina lo bien que se sentirá estar en completo control de la circunstancia. Imagina esto y repásalo varias veces en tu mente. Registra cualquier pensamiento que surja en tu Diario de Bendiciones.

    Cada circunstancia adversa es una oportunidad para bendecir”

    (Una que vale la pena repetir):
    “Os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia” – Deuteronomio 30:19