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DÍA 1

    Hace 8 años, Kate Nowak tomó la decisión de actuar como “conejillo de indias” en su propio experimento de bendecir. Aunque ya había estado enviando bendiciones a los que estaban a su alrededor desde hacía años y había experimentado resultados positivos, la verdad es que nunca había practicado de manera consistente el bendecir a los demás, más allá de dar a diario una bendición rápida a sus hijos. Siempre había sido de esas cosas que hacía a veces y a veces dejaba.

    Empezaba bendiciendo a la gente, a los objetos o a las circunstancias por un rato y de repente, la vida se interponía en su camino y dejaba de hacerlo (¿te suena conocido?); generalmente dejaba de hacerlo hasta que aparecía el siguiente problema, como una nube tormentosa, en el horizonte.

    Entonces, en el verano del 2004, tomó la decisión de practicar el bendecir lo que hacía. En ese momento estaba tratando de promover una línea de productos para una nueva compañía de velas de soya que un socio y ella habían iniciado el año anterior, y aunque su producto era excelente, sus precios maravillosos, y su servicio al cliente extraordinario, a ella no le gustaba efectuar las llamadas para lograr hacer ventas.

    Esto, por supuesto, no era algo bueno. El futuro de su compañía les dejaba su tarjeta. Frecuentemente, recibía llamadas del dueño o el gerente para decirle que sentían mucho no haber estado en el momento de su visita y le solicitaban información sobre sus productos, lo cual ella les enviaba, resultando en más ventas.

    Entre más bendecía a los demás, se dio cuenta de que recibía más bendiciones a cambio.

    No tardó mucho en empezar a buscar otras formas de bendecir. Ya que su compañía también tenía una tienda de venta al menudeo, comenzó a trabajar temprano cada mañana con el único propósito de bendecir la tienda. Ella se paraba en medio de la pequeña tienda y la imaginaba brillando con amor. En su mente, cada estante irradiaba amor y alegría y cada cliente que entraba por las puertas recibía bendiciones de amor, paz y felicidad. Este proceso de bendiciones diarias tan solo le tomaba unos cuantos minutos cada mañana, pero casi inmediatamente empezó a notar que estaban atrayendo clientes más felices, el tipo de gente que le gustaba gastar dinero y que deseaban gastarlo en su tienda.

    Hasta el equipo de ventas empezó a reportar que cada vez, más y más, los clientes comentaban cómo disfrutaban entrar a la tienda, porque sentían que había paz y un ambiente relajado. Debido al rápido crecimiento, cuando decidió vender la compañía en Ebay un año después, lo logró hacer en tan solo cuatro días y al doble del precio inicial. Y aún entonces, las bendiciones eran parte de la ecuación.

    Quiero remarcar aquí que no estaba efectuando bendiciones para tener una ganancia monetaria. Las bendiciones no funcionan así. Nada funciona así en el Universo. Cada vez que das para ganar, pierdes. Sin embargo, tenía un motivo oculto, porque sabía que si alejaba su mente de sus preocupaciones para ayudar a los demás, las cosas mejorarían para todos. El bendecir a los demás es una manera excelente de ir de la energía negativa a la positiva.

    Como se ha dicho antes, eleva el humor de inmediato. Quería compartirles esta historia, porque espero que les enseñe como Kate lo comprobó, que cuando elegimos bendecir el mundo a nuestro alrededor, recibimos bendiciones a cambio. Realmente es mejor dar que recibir. Por esta razón creo que juntos podemos hacer una gran diferencia en el mundo, y mientras tanto, podemos tener un impacto dramático y positivo en nuestras propias vidas también.

    El Pensamiento del Día:

    Tu deseo por ayudar a otro a tener abundancia, crea más abundancia para ti.

    Peggy McColl de “Distinctions of Wealth”

    La Afirmación del Día:

    ¡Ya me siento más próspero!

    Ejercicio del Día:

    Contempla la idea de vivir un mundo donde todo el mundo expresa sus dones de manera que es una bendición de para el otro, imagina vivir en esa bondad ilimitada. Escribe los pensamientos que vengan a tu cabeza en tu nuevo Diario de Bendiciones.

    Ahora, diviértete con la idea de ser una bendición para el mundo, medita en esa idea y visualiza como sería tu entorno si tus pensamientos, palabras y actos solo expresaran el bien. Permite que tu espíritu vuele, permite que el júbilo dentro de tu ser se libere. Esto es como celebras la bondad. Tienes mucha bondad por celebrar. Escribe los pensamientos que vengan a tu cabeza en tu nuevo Diario de Bendiciones.

    Por ahora, quisiera pedirte que pasaras los siguientes minutos mirando alrededor del cuarto en el que estás. Date cuenta de que nada en este cuarto está exactamente como lo has percibido siempre. Elige cinco o seis cosas en el cuarto, de preferencia cosas que no te importen o que no tengas ninguna opinión acerca de dichas cosas. Ahora, mira un artículo y di, “Esto es bueno“. No le dediques demasiado tiempo a ninguno de los artículos. Sólo llámalo bueno y pasa al siguiente, dedicándole entre 30 o 40 segundos a todo el ejercicio. Pero asegúrate de elegir varios artículos y de que llames a cada uno bueno.

    Una vez que hayas terminado, siéntate tranquilo un momento y piensa cómo se siente estar rodeado de todo esto que es bueno.

    El darte cuenta por primera vez de que todo a tu alrededor es bueno, puede ser una deliciosa experiencia si tu permites que así sea.