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Día 6

    En el clásico acerca de la prosperidad, As A Man Thinketh (Como Piensa el Hombre), el autor James Allen escribió que llegamos a ser tan maravillosos como nuestras aspiraciones más dominantes. Si atesoramos una visión, si la alimentamos y la sostenemos en alto como un ideal, entonces la obtendremos.

    Él no dijo que quizá tengamos suerte y la obtendremos, o que quizá si nos agarráramos de la visión durante mucho tiempo, la suerte se compadecería de nosotros y nos lo concedería. Él, simple y sencillamente dijo, que si atesoramos nuestra visión, la obtendremos. Primero, sin embargo, debemos crear la visión. Y un primer paso poderosos para crear un mapa mental de la vida que te gustaría crear, es el de sencillamente imaginar tu escena ideal de la manera que quieres que sea dentro de cinco años. Mientras creas esta visión en tu mente, recuerda que una vida próspera es completa en todos los sentidos. Asegúrate de incluir tantos detalles como sea posible en esta visión de tu vida.

    ¿Cuál será tu carrera o tu vocación dentro de cinco años? ¿Cómo estará tu situación financiera? ¿En qué tipo de casa vivirás? ¿Dónde estará? ¿Cómo serán tus relaciones? Si actualmente no te encuentras involucrado emocionalmente con alguien y te gustaría estarlo, ¿cómo es tu pareja ideal? Al imaginar los detalles de la vida que ahora estás creando, recuerda que eres un individuo multifacético, y así como las caras de un diamante son lo que atraen su brillo, el prestarte atención a las muchas facetas ahora atraerá más brillo a la vida que estás creando.

    El Pensamiento del Día

    “En el sencillo acto de escribir un plan de una página de largo, la arquitectura de tu abundancia te es revelada‖” -Marc Allen

    La Afirmación del Día
    “Cada día y en todos los aspectos, mi vida se convierte en más. ”

    ¿Has tratado alguna vez de explicarle a alguien cómo caminar? Si lo has hecho, probablemente descubriste que tratar de decirle a alguien cómo poner un pie en frente del otro y cómo moverse hacia adelante no es tan fácil. Tratar de explicar un proceso que es en esencia algo sencillo, tiende a hacer que suene mucho más complicado de lo que es.

    Esto es porque caminar es un acto intensamente personal y ninguno de nosotros caminamos igual. Tampoco caminamos de la misma manera todo el tiempo. Podemos caminar despacito o de prisa; podemos caminar con los pies hacia afuera o hacia adentro; podemos poner todo el peso en la planta del pie o en el talón; podemos pisar de puntillas o con la fuerza de una marcha. Nada funciona de una sola forma todo el tiempo para todos.

    Lo mismo puede ser dicho acerca de una bendición. Bendecir también es un intenso proceso personal y no existe un método genérico que funcione siempre para cada persona. Sin embargo, durante los siguientes días, estaremos explorando varias formas en las que puedas incorporar el sencillo acto de bendecir en tu propia vida. Por favor entiende que ninguna de las formas aquí sugeridas es el “todo” de las bendiciones. Éstas simplemente son sugerencias que pueden gustarte o de manera ideal, pueden hacer que surja en ti una idea para una técnica que te funcione especialmente bien.

    Lo que es importante recordar, es que cuando bendecimos, ya sea cuando buscamos lo Sagrado y lo Divino para vaciar sus riquezas o cuando sencillamente marcamos la intención de dar lo bueno para el sujeto de nuestra bendición, debemos primero entrar en nuestra imaginación y en nuestros sentimientos.

    No vemos físicamente una diferencia, la imaginamos. No reconocemos físicamente el arco del amor yendo desde nuestro corazón al corazón de aquel a quien bendecimos, sentimos el amor yendo de un corazón al otro. A través de nuestra imaginación y nuestros sentimientos, cambiamos nuestro estado de energía, cargándolo con bondad y enviándolo al que sigue. Eso es lo que hace una bendición. Así es como funciona una bendición.

    En su estado más puro, el acto de bendecir nos quita el ego, sacándonos de las insignificantes preocupaciones y enojos que piden a gritos nuestra atención, para entrar en la luz del Espíritu Interno donde nuestros propios pensamientos y opiniones se disuelven en la nada, siendo reemplazados por el deseo de permitir que lo mejor nos suceda a nosotros y a los demás y a nuestro mundo. En este primer ejercicio de bendiciones, soltaremos a quien estamos bendiciendo de las cadenas de un mundo complicado. Una dulce bendición servirá para beneficiar a todos los involucrados.

     Acción del Día:
    1._ Así como crearías un plan detallado antes de acercarte a un banco para solicitar un préstamo para un negocio, deberás crear un plan detallado antes de acercarte al “banquero Universal” respecto a la nueva vida que estás creando. La Acción del Día de Hoy es poner tu visión por escrito. Crea un “Plan de Negocios para la Prosperidad” de una página e incluye todos los detalles que puedas dentro de ese espacio limitado. Entre más detallado sea el plan, más sencillo te será imaginarlo. No te preocupes, si cambias de parecer acerca de cualquiera de los detalles, puedes actualizarlo, mejorándolo a medida que avanzas. Pero por hoy, lo importante es que pongas por escrito ahora mismo la vida que te imaginas para ti. Una vez que hayas escrito este plan de una página, colócalo en un lugar donde lo puedas fácilmente tomar a diario. Durante el resto del Experimento de 90 días, necesitarás sacarlo y leerlo cuando menos una vez al día, así es que asegúrate de tenerlo a la mano.

    2._  Coloca tu cuota de dinero del día de hoy en tu contenedor y lee la afirmación que está en el contenedor tres veces.

    3._Bendice a la persona o personas en tu lista de bendiciones. Imagínalos felices con sus vidas así como tú lo estás en la vida que acabas de crear en tu Plan de Negocios para la Prosperidad.
    Nota: Cualquiera puede leer un libro acerca de cómo crear una mente próspera. La clave no está en solamente leerlo, la clave está en hacerlo. Ninguno de los planes de acción que se te han dado tomarán mucho tiempo para completarse. Sin embargo, cada uno es un paso vital a lo largo del camino hacia la prosperidad. Si decidieras brincarte alguno, en vez de avanzar en este camino, corres el peligro de quedarte estancado en el mismo lugar.

    4._ Piensa en alguien a quien conozcas bien y a quién quisieras bendecir. Con tus ojos cerrados, imagina a esta persona parada en frente de ti, en el centro de un espacio regado y caótico. El reguero y el caos representan todos los pensamientos y sentimientos y juicios que esta persona tiene sobre su propia vida, así como todos los pensamientos, sentimientos y opiniones que tú y otros tienen en referencia a esa persona. Ahora imagina una luz brillante llenando el espacio en el que se encuentra parada la persona a la que vas a bendecir, y mientras esta luz brilla, el reguero se disuelve, dejándola con un espacio ordenado, limpio y abierto a su alrededor. Sin estar ya presionado por la complejidad de sus propias formas de pensamiento y esas de otras personas, ahora es libre para estirarse y crecer y estar tan alto como su YO interior se lo permita.

    Mantén esta visión en tu mente por unos segundos, o el tiempo que se sienta bien hacerlo, y entonces suelta la imagen diciéndote en voz alta o baja “Que seas bendecido”. Ahora, abre tus ojos, inhala profundamente y toma consciencia del lugar en el que te encuentras.

    Nota: Siendo la persona que envía la bendición, tu tarea no es la de imaginar a esta persona en el futuro que tu quisieras que tuviera, sino sencillamente imagínala ocupando un lugar abierto de potencialidad que le dará la libertad para hacer y ser exactamente lo que desea tanto hacer y ser; sea esto lo que sea.

    “Al bendecir a otros, yo estoy bendecido”

    Elegir bendecir a alguien, esforzarte para bendecir a alguien (lo cual puede significar simplemente quitarte del camino) significa alinearse con un estado de energía superior, donde la bendición puede, por así decirlo, “actuar por sí misma”, y por consiguiente yo me energizo, me bendigo y me elevo”. –

    David Spangler, “Bendecir, el Arte y la Práctica”