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Día 80 

    Aun cuando las palabras ―Crear un Mundo más Próspero por medio de Bendecir es la base del Experimento de la Prosperidad, la realidad es que el crear ha terminado. No hay nada más que crear – ni la prosperidad. No hay nada más que crear porque todo en el tiempo y el espacio coexiste en el tiempo presente. Ya se hizo. Todo lo que algún día fuiste o serás, ya es. Existe ahora.

    Cuando lo piensas, la creatividad no es nada más que concientizarte de algo que ya es. Para ser más próspero simplemente necesitas concientizarte de que, en un estado pre-físico, ya está a tu alrededor la prosperidad. Al entender esto; como dice Neville Goddard: ―Toda la creación existe en ti, y es tu destino concientizarte incrementalmente de las infinitas maravillas y de experimentar porciones mayores de ellas,‖ pasas de la inconsciencia a la consciencia y al hacerlo, cambias tu mundo. Claro, un padre batallando para alimentar a su esposa y tres hijos no se va a impresionar con la noticia de que todo lo que podría querer o necesitar ya lo tiene a su disposición ahora mismo, aunque el sólo puede ver una escasa y limitada porción de ello. El quiere saber cómo obtener la mayor porción; cómo cambiarlo de lo pre-físico a lo físico, no en el futuro, sino ahora mismo, mientras sus hijos tienen hambre.

    Así es que ¿cómo logra experimentar un padre así la abundancia que ya está a su alrededor? Más importante, ¿cómo puedes tú experimentar físicamente la abundancia que ya está a tu alrededor? La respuesta está en la manera en la que te ves a ti mismo. Tu concepto de quien eres tú determina lo que ves, lo que haces y lo que experimentas en tu mundo. Para entender mejor qué tan importante es suponer cómo es tu mundo, dedica un rato a esta visualización: Imagina por un momento que has descubierto que posees el único boleto ganador de una lotería multimillonaria. (Si tienes problemas con las apuestas, simplemente cambia el escenario a una entrada de dinero repentina de otro tipo, como un regalo o una herencia.) Realmente imagínalo, imagina la alegría que sentirías si fueras el receptor repentino de esta entrada de dinero.

    Una vez que tengas ese pensamiento bien asegurado en tu mente y que lo estés disfrutando, entonces imagina que por ser el único ganador, decides poner el boleto en un lugar seguro y decides no cobrar el dinero durante uno o dos meses. Eso te dará suficiente tiempo para hablar con consultores fiscales y financieros, cambiar tu número telefónico y tomar cualquier otro paso necesario para asegurar que tu privacidad esté asegurada y que puedas manejar el dinero de la mejor manera posible. Considera así el escenario, y aunque no tendrías acceso inmediato al dinero, teniendo el boleto ganador, sabes que la fortuna te pertenece. Es tuya.  Nadie te la puede quitar. Siendo el ganador de la lotería, eres ahora mismo un multimillonario, aunque tu cuenta del banco, por el momento, no haya cambiado; aun cuando no tienes nada para mostrar tu ganancia monetaria. Nada, ni siquiera la ausencia del dinero en tu cuenta bancaria en este momento puede cambiar esta verdad absoluta. En otras palabras, aun cuando no has recibido el dinero en tus manos, ya te ves como alguien rico. Y esa sencilla suposición te cambiará.

    En la situación que acabo de describirte, ¿dónde crees que estaría la mayor parte de tu atención? ¿Se centraría en la carencia y las limitaciones? Claro que no. Tu atención siempre gravita hacia tus pensamientos dominantes y, en este escenario, ciertamente gravitaría alrededor de pensamientos, sentimientos y emociones que reflejan una gran riqueza, abasto abundante y una prosperidad ilimitada. Y sencillamente porque estás suponiendo correctamente que el dinero estará esperándote cuando estés listo para aceptarlo, tu atención te mantendrá en ese camino mental de prosperidad. Lo mismo sucede cuando suponemos correctamente que aunque no veamos lo bueno en nosotros, cualquier cosa que podríamos llegar a necesitar ya está disponible y sólo necesitamos aceptarlo. Como explica Neville Goddard: “El suponer un deseo hecho realidad es el barco que nos lleva a los mares desconocidos de hacer nuestros sueños una realidad. El suponer lo es todo; la realización es subconsciente y no requiere esfuerzo.”

    Al imaginarte que tienes el boleto ganador, no creo que vayas a tener pensamientos de ingratitud. No te imaginarás triste y abatido, llorando ―¿Porqué yo, Señor?‖ ¿Porqué yo?‖ ¡Al contrario! A menos de que tengas serios problemas con el dinero, tus pensamientos se llenarán de agradecimiento, centrados en lo agradecido que estás por ser el beneficiario de tal plenitud. Y eso es bueno, porque el imaginarte dando las gracias es una forma maravillosa de suponer lo mejor. Es más, una de las maneras más sencillas de suponer una posición próspera es imaginar lo agradecido que estás, no solo por lo que ya tienes, sino por lo que no tienes todavía, pero que ya pediste. Aun si no has recibido la manifestación física de tus deseos, si los has pedido, el dar las gracias es una muy buena manera de dejar que el Universo sepa que ya vienen. El dar gracias por tus deseos como si ya estuvieran presentes en tu vida le permitirá a tu subconsciente asumir que el deseo ya se hizo realidad.

    He aquí un pequeño ―experimento dentro del experimento‖ que te recomiendo hagas. Para el resto del Experimento de la Prosperidad, todos los días al escribir tu lista de once cosas por las cuales estás agradecido, en lugar de escribir las cosas que ya sabes que tienes físicamente, comienza a agradecer once cosas que has pedido y que aun no has recibido. Al dar las gracias por lo que está por venir supón que ya llegó. Asegúrate que la lista de las once cosas contenga los deseos que más te apasiona tener; los deseos que más brillan en tu corazón. Piensa que ya están presentes en tu vida y dedica un tiempo a agradecerlos por separado cada uno. Pero no solo escribas las palabras de la manera que un alumno poco comprometido cumpliría su tarea. Realmente, verdaderamente, emocionalmente experimenta el agradecimiento, permitiendo que entre en todos tus poros, que entre en ti, y que irradie hacia afuera desde tu centro hasta que estés pulsando, vibrando en agradecimiento.

    Emocionalmente invierte en ti agradeciendo lo que ya tienes, aun si no lo has visto todavía. Y a medida que escribes y piensas en todo lo que agradeces, permite que crezca tu agradecimiento como la luz radiante que es. Por ejemplo, si lo que deseas es un negocio próspero y exitoso, comienza a agradecerlo ahora, pero no te limites a decir frases como “Agradezco mi negocio próspero.” Ve más allá. Expresa tu agradecimiento a los amigos que te han apoyado, quienes te motivaron para que tu negocio creciera. Agradece tus crecientes ingresos, las amplias nuevas oficinas que tu éxito puede permitirte, el número incremental de clientes que apoyan el crecimiento de tu negocio, y que le dicen a sus amigos acerca de él y te ayudan a que crezca.

    Expresa lo agradecido que estás que tu negocio mantiene a un número de empleados y a sus familias y ayuda a que tu comunidad crezca y prospere. Imagina a otros líderes en tu comunidad buscándote para inspirarse y apoyarse en ti y entonces escribe lo agradecido que estás por haber tendido la oportunidad de hacer este impacto tan positivo. En otras palabras, asume una actitud expansiva de agradecimiento sobre tus deseos y mientras lo haces, tus sueños y deseos se expandirán y crecerán, y también crecerá tu consciencia de que tus deseos constantemente se están manifestando en tu vida. Y así como la luz de la mañana le da una nueva consciencia a un nuevo día, tu consciencia expandida le dará más luz a tu nueva vida.

    Muchos tienden a pensar que el proceso de manifestación es uno de gratificación inmediata y cuando las cosas no aparecen inmediatamente, erróneamente asumen que el proceso no funciona. Pero la verdad es que no solo soñamos nuestros sueños y estos aparecen instantánea y mágicamente como monedas en un sombrero de mago. Claro que el proceso de manifestación es mágico, pero no es magia. Está diseñado para funcionar impecablemente con las leyes universales y con el trabajo ordenado del mundo físico. Es más frecuente que no brinquemos a nuestros sueños, sino que gentilmente crezcamos con ellos, y la manera de hacerlo es susurrando en nuestros pensamientos expresiones de agradecimiento y suponiendo que lo que queremos ya sucedió. Por medio de esta hermosa suposición de ya tener lo que queremos, nos acostumbramos de tal manera a ver el mundo como lo queremos, que realmente nos sorprendemos como niños al ver que todo lo que nuestra mente soñó existe ahora.

    No hemos creado nada en el estricto sentido de la palabra. Hemos, sin embargo, abierto las ventanas del alma para permitir que los vientos de la suposición nos lleven lo que deseamos con agradecimiento y alegría. Cuando suponemos que estamos benditos y damos gracias por nuestras bendiciones, finalmente podemos abrir los ojos para ver todas las bendiciones a nuestro alrededor. Solo entonces podemos ver que siempre han estado ahí. 

    Pensamiento del Día:
    “Asume el sentimiento de tu deseo ya cumplido y observa la ruta que toma tu atención. Observarás que mientras te mantengas fiel a tu suposición, tu atención se confrontará con imágenes claramente relacionadas con lo que supusiste.” Neville Goddard

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    EL PODER DE LA CONCIENCIA de NEVILLE GODDARD

     

    Afirmación del Día: 
    ―Todos los días de todas las formas, estoy siempre consciente de lo bueno que tengo a mi disposición

    Acción del Día: 

    1. Lee tu Plan de Negocio para la Prosperidad y las once cosas de tu lista de agradecimientos. 
    2. Toma un momento para pararte firmemente con un brazo alzado hacia el cielo, el puño firme como si te estuvieras agarrando de la mano de Dios. Ahora, ya sea verbal o mentalmente repite “Con Dios por Testigo declaro: hoy SOY poderoso, hoy SOY valiente, hoy SOY fuerte, hoy ESTOY libre de miedos, hoy TRIUNFO en todo lo que hago, hoy PROSPERO y VIVO cada momento de este día abrazando mi verdadera naturaleza, SIENDO la persona que estoy destinada a ser. ESTA ES MI VERDAD.” Nota: Lleva siempre en tu bolsa o cartera la tarjeta que escribiste con estas líneas para que la puedas leer cuando sientas dudas o cuando tengas miedo. Y como antes, cada vez que repitas esta afirmación, repite las palabras con la mayor emoción y sentimiento posible, dedicándole cuando menos un minuto a imaginar cada aspecto de tu vida como lo quieres. 
    3. Coloca tu cuota de dinero del día de hoy en tu contenedor y lee la afirmación que está en el contenedor tres veces. Espera recibir algo en regreso. 
    4. Bendice a todos los que están a tu alrededor, incluyendo a los otros participantes en este experimento. Imagina como aquellos a quienes bendices prosperan y se rodean del bien. Entonces bendícete a ti mismo e imagina lo mismo. Puedes continuar bendiciendo a la persona o personas en tu lista de bendiciones.

    Parábola de los talentos

    En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: Un hombre que se iba al extranjero llamó a sus siervos y les encomendó su hacienda: a uno dio cinco talentos, a otro dos y a otro uno, a cada cual según su capacidad; y se ausentó. enseguida, el que había recibido cinco talentos se puso a negociar con ellos y ganó otros cinco. Igualmente el que había recibido dos ganó otros dos. En cambio el que había recibido uno se fue, cavó un hoyo en tierra y escondió el dinero de su señor. Al cabo de mucho tiempo, vuelve el señor de aquellos siervos y ajusta cuentas con ellos. Llegándose el que había recibido cinco talentos, presentó otros cinco, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes otros cinco que he ganado. Su señor le dijo: ¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Llegándose también el de los dos talentos dijo: Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes otros dos que he ganado. Su señor le dijo: ¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Llegándose también el que había recibido un talento dijo: Señor, sé que eres un hombre duro, que cosechas donde no sembraste y recoges donde no esparciste. Por eso me dio miedo, y fui y escondí en tierra tu talento. Mira, aquí tienes lo que es tuyo. Mas su señor le respondió: Siervo malo y perezoso, sabías que yo cosecho donde no sembré y recojo donde no esparcí; debías, pues, haber entregado mi dinero a los banqueros, y así, al volver yo, habría cobrado lo mío con los intereses. Quitadle, por tanto, su talento y dádselo al que tiene los diez talentos. Porque a todo el que tiene, se le dará y le sobrará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. Y a ese siervo inútil, echadle a las tinieblas de fuera. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.

    Y tu ¿Qué has hecho con tus talentos?

    Y tu ¿Qué estás haciendo con tus talentos?

    Y tu ¿Qué vas a hacer con tus talentos a partir de ahora?