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Día 16 

    Ocasionalmente, el viaje por el camino de la Prosperidad se siente como un paseo en la Montaña Rusa. Vas avanzando bien, determinado a mantener tus pensamientos enfocados en lo que quieres en lugar de enfocarlos en lo que NO quieres; tomándote el tiempo cada día para enviar bendiciones a los demás; preocupándote menos cada día de tu mundo e involucrándote en tratar de hacer la diferencia en el mundo a tu alrededor; y de repente te jalan el tapete de tus pies. Se vence un pago y no lo puedes cubrir; tu hijo necesita más dinero para un proyecto en la escuela y no lo tienes; el banco te llama para decirte que te sobregiraste- otra vez. De repente te sientes que estás en el mismo lugar donde empezaste. No te desanimes. No significa que lo que estás haciendo no está funcionando. Significa que eres normal. Cada día tenemos entre 12,000 y 70,000 pensamientos, y como un 90 por ciento de ellos son repetición de pensamientos que tuvimos el día anterior. El otro 10 por ciento son pedazos que entran y salen de tu mente sin ningún orden. Cuando te detienes a concientizarte de cuánto de tu pensamiento es repetición, te das cuenta de que nosotros los humanos no somos los pensadores que creíamos ser. Somos recordadores.

    Kate comenta un programa en la televisión que vio acerca de una mujer que había sufrido amnesia total como resultado de un accidente automotriz. Aunque el reconstruir su vida había sido una tarea muy difícil, uno de los “efectos secundarios” interesantes de la amnesia era que ella se volvió muy exitosa en su ―nueva‖ vida, precisamente porque no tenía recuerdos del pasado en donde recargarse. Una vez que se liberó de los recuerdos que le decían como debería ser su vida, su mente era como un lienzo blanco donde ella pintaba la vida que ella deseaba. Así es que pintó una vida exitosa.

    No estoy sugiriendo que todos necesitamos desarrollar una amnesia total, pero sí creo que todos debemos desarrollar conscientemente una memoria selectiva, asegurándonos que los pensamientos que elijamos repetir en nuestra mente sean positivos, para que nos ayuden a crear y mantener una vida próspera. Mientras continúes repitiendo pensamientos de ―no tengo‖, la prosperidad será algo imposible para ti. Si estás constantemente pensando en el dinero, o en lo terrible que está la situación económica, estás colocándote en una posición donde siempre tendrás que preocuparte del dinero y de la situación económica.

    Si frecuentemente sientes la necesidad de desahogarte repitiéndole a tus amigos, a tu familia, y a tus compañeros de trabajo lo espantoso que es tu ex-esposo y cómo no te pagó la pensión alimenticia este mes, o lo preocupado que estás por los recortes de personal en tu empresa, sería mejor que estuvieras en la nómina de los Estudios Universal, porque estás escribiendo el guión que definitivamente se convertirá en la película de tu vida. Y por supuesto, te darán el papel principal. Así es que ¿cómo eliminamos estos pensamientos? Con bendiciones, por supuesto. Para mí, el soltar los pensamientos repetitivos es muy sencillo cuando me tomo unos minutos para aplicar el Proceso del Camino de las Bendiciones.

     Pensamiento del Día:
    “La Buena Noticia es que no te tienes que ir al infierno para llegar al Cielo.” —Neale Donald Walsch

    Afirmación del Día:
    “Bendecir es mi estado natural de ser.”

    Reto de prosperidad

    Hoy quiero apoyarme de nuevo en las palabras y la sabiduría de mi querido amigo y miembro del equipo de bendiciones, Pierre Pradervand. En su libro, El Gentil Arte de Bendecir, Pierre escribe: “El arte de bendecir tiene una considerable afinidad con un amplio espectro de prácticas que ayudan a aquellos que van por el camino de la espiritualidad constantemente a centrar nuevamente su pensamiento en lo divino. Una de las formas privilegiadas de hacer esto es la tradición Hindú del uso de un mantra. Un mantra es una frase pequeña, a veces unas cuantas palabras o hasta una sola palabra, que es repetida constantemente a lo largo del día.

     

    Una práctica similar es frecuente en la tradición de las iglesias Ortodoxas del Oriente y en la espiritualidad medieval como se ejemplifica en los pasajes de la-nube-del-no-saber-anonimo y otros numerosos escritos. ‘Si quieres reunir todo tu deseo en una simple palabra que la mente pueda retener, elije una palabra corta en lugar de una larga. Lo mejor es una palabra de una sola sílaba o algo como “Dios” o “Amor” o “Paz”. Pero elije una que sea significativa para ti. Entonces decide que se fijará en tu mente pase lo que pase‘. El riesgo ante dichas prácticas es que éstas conviertan en mecánicas sin pensarlo. Este riesgo, aunque pequeño, es menor con una bendición, ya que generalmente se envía en respuesta a alguna situación en específico y siempre tiene algo que es fresco cada vez.

    “Es más, esta es una de las cosas extraordinarias con esta práctica. Puedes hacerlo docenas, cientos de veces en un día y se mantendrá tan fresca en la repetición 113 al estar regresando a casa a la media noche como al inicio del día. Es como una fuente: ¿Quién ha escuchado de una fuente que se vuelva rancia o insípida después de un día de actividad particularmente largo, atendiendo a cientos de personas que pasan sedientos en un día de verano muy caliente? El bendecir es una fuente, y la fuente está en nuestro corazón, y nuestro corazón no necesita nunca envejecer ni cansarse. A los ochenta puede mantenerse tan intacto, fresco y entusiasta como a los quince.

    “Por sobre todo, este constante estar centrando y descansando la mente en el reino interior podrá, poco a poco, traer consigo la paz que ‘logra todo el entendimiento’”.

    El encontrar nuestro centro espiritual nos ayuda a simplificar, a hacer hermosas y a fortalecer nuestras vidas. Nos lleva de lo mundano a lo sagrado, permitiéndonos dar respiros de santidad a todos y todo lo que nos encontramos. Después de todo, somos seres espirituales con forma humana y en el instante en que reconocemos la Fuerza de Vida Universal que reside en el centro de nosotros, cuando nos decimos, “Ah, sí, debe de haber una conciencia superior y debe de estar presente en mí” — en ese instante, recordamos a nuestro ser espiritual y todos y todo se convierte en algo Sagrado una vez más.

    Bendecir nos recuerda de este pacto que tenemos con lo Divino. Cada vez que bendecimos a otra persona, lugar o cosa, reconocemos el Espíritu interior de ello y abrimos nuestras mentes a una Santidad Universal. Nos reconectamos con quien realmente somos. Las bendiciones nos despiertan, sacudiéndonos de nuestras delirantes pesadillas para poder ver que hay sólo lo Bueno en el Universo, recordándonos que todos somos Uno, todos conectados y que esta rica y abundante Bonanza es el conector universal.

     Acción del Día: 

    1. Lee nuevamente tu Plan de Negocio para la Prosperidad. 
    2. Coloca tu cuota de dinero del día de hoy en tu contenedor y lee la afirmación que está en el contenedor tres veces. 
    3. Bendice a todos los que están a tu alrededor, incluyendo a los otros participantes en este experimento. Imagina como aquellos a quienes bendices prosperan y se rodean del bien. Entonces bendícete a ti mismo e imagina lo mismo. Puedes continuar bendiciendo a la persona o personas en tu lista de bendiciones.
    4. A medida que practiques el arte de bendecir, irás entrando en contacto con tu Naturaleza Espiritual. No trates de definirla. Es imposible obtener algo tan vasto como el Espíritu en algo tan pequeño como una definición. Sencillamente ábrete a la posibilidad de que la Fuente del Poder Espiritual exista más allá de cualquier noción preconcebida que hayas tenido en el pasado y que esta Entidad Suprema está ahora presente en todas partes, hasta está sentada en el corazón de aquel que eres. Respira esta Bondad y siente su Presencia dentro de ti.
    5. Escribe cualquier pensamiento que surja en tu Diario de Bendiciones.

    “Cuando Bendigo, me conecto con mi parte Sagrada”.