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Día 11

    Un Cuento sobre Bendecir.

    «Kate vive en el campo y muchas veces pasan varios días sin que vea a alguien más que a su esposo, y quizá, si está afuera a la mujer que les entrega el correo. Así es que cuando inició uno de sus viajes a Fort Worth supo que se encontraría con muchas oportunidades para bendecir y eso la emocionó.

    Comenzó a bendecir a todos los que iban a su alrededor en cuanto entró en la carretera. Había un camión de Fed-Ex que pasó volando cuando ella se incorporó a la carretera de cuota desde la lateral. Bendijo al chofer, al camión, a todas las cartas y paquetes en el camión, y a toda la gente que enviaba todas las cartas y paquetes y a todos los que las iban a recibir. Fue un calentamiento hermoso. De ahí en adelante, bendijo cada carro o camión que ella pasaba o que la pasaban, así como a todos los choferes y todos los pasajeros.

    Sus bendiciones eran cortas y poco complejas. Era como apuntar un rayo láser de bendiciones, sencillamente se enfocaba en un vehículo en particular, imaginándolo y a todos sus pasajeros bañados en una luz y enviaba una bendición mental: «Que seas bendecido con todo lo que es bueno». En los breves espacios entre los autos y las bendiciones, se imaginaba las sonrisas y la felicidad de todos los que recibían sus bendiciones, y con cada bendición fue sintiendo como entraba en un estado más profundo de amor incondicional y de bienestar.

    No sucede nada ostentoso o ultra fenomenal cuando menos no le ha sucedido nada así todavía como resultado de esas corridas de bendiciones ocasionales, pero sí le sirve para llevarla a un estado de conciencia de mayor felicidad. Y eso es suficiente para Kate. Aunque ese no debiera ser nuestro motivo para bendecir, es realmente imposible bendecir sin recibir una bendición de regreso.

    La razón de esto es obvia. No podemos pensar en dos cosas a la vez. Nuestras mentes no son capaces de sostener un pensamiento negativo mientras que se concentran en enviar bendiciones incondicionales al mundo. Y ya que, como nos lo han dicho los filósofos, realmente somos lo que pensamos, cuando pensamos en bendiciones, siempre, siempre, siempre recibiremos bendiciones a cambio. Es una parte natural e inequívoca del proceso»

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    Hace poco más de un siglo, los investigadores de la física cuántica comenzaron a descubrir que todo en este mundo está hecho de hilos de energía que vibran constantemente. Se descubrió que todo aquello que antes se consideraba completo y sólido, se conforma de energía pulsando constantemente. Aun más increíble, la ciencia descubrió que esta energía invisible llega a ser visible por medio de la expectativa, el deseo y la consciencia de los humanos. La ciencia reveló que lo que determina el resultado que experimentamos es lo que hacemos con esta energía.

    Vivimos en un mundo de infinitas posibilidades, todas diseñadas por nosotros. Debido a que estamos envueltos en toda esta potencialidad, esto naturalmente nos mantiene en un estado constante de flujo en donde el más pequeño cambio en la conciencia puede tener un gran impacto. La mayoría de nosotros no sabemos cuánto poder tenemos a nuestra disposición ya que tanto la energía como la conciencia son invisibles, y lo que no podemos ver, tocar, oír, oler o probar generalmente lo olvidamos. Pero así como existe la electricidad, la energía, ya sea que prendamos la luz o no. Si hemos de comenzar a utilizar este poder eficientemente, debemos estar dispuestos a explorar el reino del espacio interior, porque es ahí donde el potencial invisible se transforma en todo lo que sí podemos ver, tocar, oír, oler y probar. Si queremos cambiar el mundo en el que vivimos, tenemos que comenzar a pensarlo diferente. Robert Collier, escritor del Siglo XX, dijo lo siguiente al respecto:

    “¿Alguna vez has corrido una carrera o has trabajado a tu máxima capacidad por un largo período de tiempo, o has nadado una gran distancia? ¿Recuerdas como, poco después de haber comenzado, te comenzaste a sentir cansado? ¿Recuerdas como, antes de haber avanzado, pensabas ya haber llegado al límite? Pero también recuerda que cuando seguiste avanzando, tomaste tu segundo aire, tu cansancio desapareció, tus músculos estaban llenos de energía, y literalmente te sentías cargado de energía. Hay grandes reservas de energía almacenadas en cada ser humano de lo cual casi nadie sabe. La mayoría de las personas somos como un hombre que maneja el carro en primera sin saber que un simple cambio en la palanca puede incrementar la velocidad, y además lo puede hacer con menos gasto de energía.

    La ley del Universo es la ley del abasto. Hay abundancia para todos. El mundo te pertenece. Es tu propiedad. Te debe no solo la vida, sino todo lo bueno que puedas desear. Pero, tienes que demandar estas cosas. No debes temer nada, no debes estar asustado de nada, no debes detenerte ante nada. Tienes que ser dominante.

    Recuerda como crecen las flores. Las flores, los pájaros, toda la creación, está incesantemente activa. Los árboles y las flores durante su crecimiento así como los pájaros y las criaturas salvajes al construir sus nidos y buscar sustento, están siempre trabajando—pero nunca se preocupan.
    Si todos dejáramos de preocuparnos—que aceptáramos ser productivos, pero nunca estar ansiosos acerca del resultado—sería el comienzo de una nueva era en el progreso de los humanos, una época de libertad, de liberación de la esclavitud. Jesús implementó la ley universal del abasto cuando dijo, ‘Por lo tanto les digo, no se preocupen por mañana, qué comerán o qué vestirán—busquen primero el reino de Dios, y todo eso será dado a ustedes.’

    ¿Por qué entonces, tantos millones de mujeres y hombres viven en la pobreza y la miseria, en la enfermedad y la desesperanza? ¿Por qué? Principalmente porque crean una realidad en la pobreza a través de su miedo. Visualizan la pobreza, la miseria, y las enfermedades, y así las atraen. Y en segundo lugar, no pueden demostrar la ley del abasto por la misma razón que millones de personas no pueden resolver un problema de álgebra. La solución es sencilla—pero nunca les han enseñado el método. No entienden la ley. Colocan el poder en las manos que tienen ocupadas con tantas otras cosas, que no tienen el tiempo para atraparlo.

    La esencia de la ley es que debes pensar en la abundancia, ver la abundancia, sentir la abundancia, creer en la abundancia. No permitas que ningún pensamiento limitante entre en tu mente. No existe ningún deseo para el cual no haya satisfacción en abundancia. Y si lo puedes visualizar en tu mente, lo puedes obtener en tu vida diaria.” —Robert Collier

    Pensamiento del Día:
    “Tienes todo lo que necesitas: un cuerpo milagroso, un cerebro fenomenal, y una mente subconsciente vasta y poderosa. Ahora, sólo necesitas enfocar tu mente en la dirección correcta.” —Marc Allen

     Afirmación del Día:
    “Tengo todo lo que necesito. Estoy prosperando.” 

    La Acción del Día: 

    1. Lee nuevamente tu Plan de Negocio para la Prosperidad. 
    2. Coloca tu cuota de dinero del día de hoy en tu contenedor y lee la afirmación que está en el contenedor tres veces.
    3. Bendice a todos los que están a tu alrededor, incluyendo a los otros participantes en este experimento. Imagina como aquellos a quienes bendices prosperan y se rodean del bien. Entonces bendícete a ti mismo e imagina lo mismo. Puedes continuar bendiciendo a la persona o personas en tu lista de bendiciones. 
    4. Lleva a cabo una “corrida de bendiciones”. Si tienes que viajar a cualquier lugar el día de hoy, ya sea en avión, tren, metro, carro, taxi, camión o barco, utiliza este tiempo de viaje para bendecir a esos a tu alrededor. No dejes a nadie a tu alrededor sin bendecir. Has esto durante todo tu viaje y después documenta tus pensamientos, sentimientos y experiencias como resultado directo de este ejercicio de bendecir. Si no tienes que ir a ningún lugar el día de hoy, entonces simplemente guarda este ejercicio para cuando lo hagas y mientras tanto, bendice tu hogar, tu vecindario, tu comunidad, tu región, tu país, tu mundo, y todos en él. Entonces registra los resultados en tu Diario de Bendiciones.

    “Amo bendecir a mi mundo.”

    La frase del día:

    “El hombre que siembra pensamientos y acciones equivocadas y le reza a Dios para que lo bendiga, se encuentra en la posición del granjero que, habiendo sembrado cizaña, le pide a Dios que le permita cosechar trigo”. — James Allen